Aunque las elecciones a la Gubernatura de Coahuila y del Estado de México -del próximo domingo 4 de junio- serán procesadas por los institutos de cada una de estas entidades, será la primera ocasión en que el nuevo Consejo General del INE estará como observador y sumando nociones para arbitrar la lucha electoral del 2024 y en la que se disputará la Presidencia de la República, las Senadurías y las Diputaciones Federales.
Guadalupe Taddei Zavala, quien se estrena como nueva Presidenta del organismo electoral del país, ha venido pocas veces a Hermosillo en las últimas semanas por las obvias ocupaciones de su nuevo puesto, el cual se convirtió (ya sea o no por la suerte del tombolazo) en un reconocimiento a su trabajo de aproximadamente 30 años en estos temas.
Previo a que Taddei levantara el brazo izquierdo para tomar protesta en su nuevo cargo, nos dimos cuenta que se habían acabado las críticas y denostaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra del INE.
No obstante, se debe reconocer que también y días antes a la nueva asunción de la sonorense nacida en Cananea, el Mandatario de la Nación reconoció que el mayor problema del instituto -desde su creación- siempre han sido los altos sueldos y dispendios en toda la estructura organizacional; desde percepciones nominales mayores a las que gana AMLO, la existencia de fideicomisos casi secretos, gastos médicos mayores, pago de cirugías estéticas y demás.
Claro que en este punto, el Presidente de México le pegó duró a José Woldenberg, un poco a Leonardo Valdez y terminó haciendo giras a Lorenzo Córdova que sin duda es el más criticado y de quien se han exhibido más excesos al «servirse con la cuchara grande».
La semana pasada y en un acto considerado ejemplar por quienes comparten los ideales de la Cuarta Transformación (4T), Guadalupe Taddei anunció reducirse el sueldo en aproximadamente 56 mil pesos mensuales para quedar en alrededor de 500 pesos menos que el Presidente.
Nominalmente, entonces, cada uno (AMLO y Taddei) ganan alrededor de 120 y tantos mil pesos; lo cual, ciertamente, no es un gran ahorro para el país.
Pero sí es para reconocerse este ejemplo -como escribí líneas arriba-, y que el propósito sea para que funcionarios de la 4T y de otras corrientes políticas hagan lo mismo.
Ya sean del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial; de los niveles Federal, Estatal y Local; y también de organismos autónomos, como ha sido el caso del INE.
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A propósito de este tema, estaba viendo que una de las funcionarias que debería tomar el ejemplo de bajarse el sueldo de manera inmediata, es María Rita Plancarte Martínez, ya que aparte de ser la primera rectora mujer en los 80 años de la Universidad de Sonora, ha resultado ser el perfil más gris en este puesto.
En un par de publicaciones que me encontré en la carretera cibernética de la información, aparece la Rectora con dos sueldos. El primero por 223 mil pesos mensuales y el segundo por 140 mil pesos en el mismo período; lo cual resulta insultante (en cualquiera de las dos opciones) para todos los maestros que estuvieron en huelga del sindicato STAUS y que pidieron un aumento justo a sus percepciones y que está considerado dentro de la ley.
Igual de insultante resulta el sueldo de la señora Plancarte para muchos padres de familia, quienes hacemos sacrificios para pagar las cuotas de inscripción de nuestros hijos por cada semestre. Amén de los gastos normales de la comida, vestimenta, el camión urbano o la gasolina de sus carros -en algunos casos-.
Sin olvidar a los muchachos foráneos que obligadamente tienen que rentar apartamentos y pagar sus alimentos que preparan o comen en la calle; y que por motivos de la huelga se tuvieron que regresar a sus lugares de origen, esperanzados a que se quitasen las banderas rojas y negras en todos los campus de la Unison que se encuentran en Santa Ana, Nogales, Caborca, Ciudad Obregón, Navojoa, en los campos experimentales y en Hermosillo, por supuesto.
A una semana de haber estallado la huelga -el pasado viernes 5 de mayo-, Plancarte Martínez ofreció una lamentable conferencia de prensa para decir que es el último ofrecimiento que hacía la Unison al STAUS, con el fin de que concluyera la huelga.
Entonces… ¿quiere decir que si no se resolvía este conflicto ya no iba a haber solución?
¿O de plano iban a cerrar la Unison?
Palabras más inapropiadas para un problema de este tipo nunca nos había tocado escuchar. Al menos por parte de una profesionista que se supone está bien preparada y conoce el tema porque ha sido maestra universitaria por muchos años.
Ya que de no haber sido así, no hubiera llegado a esa posición.
Pienso que ahora que se reformó la antigua Ley Orgánica IV y darle paso a la extensión del nuevo período para los Rectores de cuatro a cinco años -pero sin derecho a reelección-, la maestra Rita Plancarte hubiera aprovechado en el consenso con el Poder Ejecutivo y Legislativo para fortalecer soluciones a este tipo de problemas que se derivan del financiamiento público; y no andar con apuros de última hora.
Dice el dicho que, «piensa mal y acertarás», por lo que algunos académicos amigos míos me comentaron que antes de haber estado de acuerdo con todos los cambios que se venían para la Unison, la Rectora prefirió velar por sus propios intereses.
Lo cual pudiera ser cierto, aunque no lo veamos en el corto plazo.
Pero sí con el tiempo.
Lo mejor de todo, es que gracias al apoyo del gobernador Alfonso Durazo y a la disposición de los maestros inconformes, se pudo levantar la huelga y este miércoles miles de estudiantes regresarán a las aulas de la Unison en diferentes campus del estado.
Nos vemos.