Como “heredera del surrealismo”, calificó el curador Raymundo Silva a la pintora Martha Sáenz, quien ayer inauguró en Casa Nuestra del Senado de la República, la exposición individual Visiones, que estaba programada para presentarse en marzo del año pasado y se canceló debido a la pandemia.
La ceremonia de inauguración fue presidida por Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, quien destacó que la artista “que nos muestra su mundo, elige al surrealismo como lenguaje para plasmar sus obras, las cuales son autorreferenciales y además dan cuenta de su cosmovisión. Sus creaciones requieren que el espectador observe con detenimiento y contemplación”.
Además de la artista, asistieron a la inauguración Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados; Bernardo Noval, titular de Casa Nuestra; Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y el luchador Tinieblas.
La pintora originaria de Sonora se mostró complacida de presentar Visiones, pues si originalmente la muestra estaba planeada con 13 obras, el tiempo transcurrido le permitió replantear la curaduría y presentar 18. “Se unieron algunos cuadros que pinté durante la pandemia y se cambiaron otros. La intención es mostrar quien soy yo por medio de mis pinturas”, dijo en entrevista.
“Estoy feliz, agradecida de ser parte de este lugar tan increíble que es la antigua sede del Senado, Casa Nuestra. También estoy agradecida con el senador Ricardo Monreal, pues está apoyando el arte, incentivándome a seguir pintando y mostrar a los mexicanos parte mí”, aseguró la pintora.
Para su primera muestra individual, la artista reunió las que considera sus obras más representativas. “Con esta exposición soy feliz de mostrar con mi pintura mis locuras y mi vida surrealista. En verdad mi vida es surrealista, la gente que me conoce lo sabe. Me identifico muchísimo con el surrealismo porque al final lo vivo día con día”.
Sáenz se muestra complacida porque estas obras también se van a exhibir en la Expo Mundial de Dubái. “En verdad es un honor poder hacerlo en un lugar tan increíble. A través de mi obra voy a compartir mi alma, mi vida, todo lo que pienso, mis viajes por el mundo, pues al final pinto lo que vivo”.
Esto se expresa, por ejemplo, en uno de los cuadros, que tiene que ver con su tierra natal y por los cactus que allí aparecen y que para ella son fuente de energía, mientras en otro transforma en arte su experiencia de haber estado con sus hijos en el desierto del Sahara.
La pintora, que al principio de su carrera se avergonzaba de que la gente viera sus pinturas, porque ante sus imágenes se iban a dar cuenta de lo que pensaba, ahora ya no tiene ese prejuicio. “Ahora cada vez que veo un papel pienso: vaya, tengo la oportunidad de desnudar mi alma otra vez y expresarme”.
Experiencia de vida
Para Raymundo Silva, el vocabulario de la artista “tiene que ver con el surrealismo, pero lo actualiza a través de sus cuadros. Su obra también tiene mucho que ver con las personas cercanas a ella, a su círculo familiar y sus amigos, pero también con ciertos pasajes importantes en su vida”.
En algunos de los cuadros, agregó Silva, aborda cuestiones muy íntimas, “pero que son expresadas a través de símbolos. Incluso ella nos contó parte de esas historias cuando estábamos armando el discurso curatorial, pero nos pidió que no hiciéramos referencia a ellas por ser muy personales. Sin embargo, las obras invitan a que el espectador haga su propia lectura de acuerdo con los símbolos utilizados por la artista, el uso de ciertos paisajes o colores”.
Si algo destaca el curador de la pintora es el hecho de ser autodidacta, “además de que utiliza la técnica del pastel, que es la más difícil, porque debes tener mucho cuidado de que los colores no se corran, por lo que tienes que fijar muy rápido. Es una técnica que ya ha dominado y que se nota incluso desde sus primeras obras, como un autorretrato, en la que a pesar de ser una obra temprana, ya hay mucha experimentación”.
Para Silva, Martha Sáenz creció “con todo este conocimiento de Leonora Carrington, Remedios Varo, Giorgio de Chirico y Salvador Dalí, y si tomas ciertos elementos de los surrealistas, los transforma en sus propios personajes y contextualiza la época actual”.