jueves, diciembre 19, 2024
InicioColumnasEl caso de los padres agresores a maestra de kínder en Cuautitlán...

El caso de los padres agresores a maestra de kínder en Cuautitlán Izcalli. ¿Cómo se convierte alguien en criminal?

Hace unos días un video en que una pareja de padres de familia, golpean a una maestra en un kínder inundaron las redes sociales.

Los hechos ocurrieron el pasado 17 de julio, en Cuautitlán Izcalli, en un kínder llamado Frida Kahlo. En el video, se observa a una maestra abriendo la puerta, e inmediatamente después entran un hombre, una mujer y un menor de 3 años. La mujer, empieza a golpear a la maestra, mientras el padre la amenaza, el niño entre risas la señala, y la maestra grita por ayuda. Después la educadora es llevada a golpes a otro sitio donde ya no pueden ser captados por la cámara.

En el video también se observa a otro menor, quien veía todo desde la ventana de uno de los salones, y otra mujer, quien es la cocinera del kínder, y que en cuanto es vista por el padre, la detiene impidiendo que busque ayuda. Después los padres y el niño abandonan la escuela, mientras siguen amenazando a la maestra. “Vuelves a amenazar a mi hijo y te voy a reventar”, se puede escuchar al padre decir en el video, entre otras amenazas.

La profesora de nombre Brenda N y la cocinera Roselia, llamaron a las autoridades para luego hacer su declaración ante el ministerio público. Ahí aseguraron que además de las acciones que quedaron grabadas en el video, ambas fueron amenazadas con un arma de fuego.
«Me hincaron y me hicieron pedirle perdón a su hijo de rodillas mientras el niño reía», relató la profesora.

Los padres fueron identificados como Jesús N y Laura N, quienes fueron citados a declarar por el ministerio público, y declararon que la docente había maltratado a su hijo de 3 años, y que esa había sido la razón de que ellos irrumpieran en el kínder y amenazaran a la maestra.

El abuelo del niño, declaró ante medios de comunicación que los padres del menor estaban enojados porque su hijo tenía una conducta triste y evasiva, y que había llegado a casa con una quemadura. Sin embargo la maestra dijo que en ningún momento había agredido al menor. Presuntamente, la maestra no era la docente titular del niño y sólo había estado a cargo del grupo del menor por ausencia de la profesora titular.

También declaró, que la marca que muestra el niño pudo haber sido causada jugando con sus compañeros en una resbaladilla, de donde después ella los retiró por estar jugando con rudeza.
Ante los hechos y las denuncias, la Fiscalía inició una carpeta de investigación que derivó en la detención de los padres de familia, y en la presunta implicación de los padres en otros delitos.

Tras volverse el caso viral y ser detenidos los padres del menor, otras personas los han identificado como agresores y han acudido a presentar diversas denuncias por otros casos. Se les acusa de encañonar a un automovilista días después del incidente en el kínder, y de haber amenazado a uno de sus vecinos con un arma de fuego, para luego destruir su moto, como venganza por un altercado vial.

Además después de que las autoridades revisaran la casa de los presuntos agresores, se hicieron virales otros videos, en los que se presume la supuesta colaboración de la pareja en otros crímenes como; maltrato animal, posible secuestro y venta de drogas.

Ambos padres del menor han sido vinculados a proceso tras la prisión preventiva por las agresiones cometidas en contra de la maestra y la cocinera del kínder al que asistía su hijo acusados de extorsión. Mientras tanto el menor se encuentra bajo el resguardo del DIF estatal.

No sorprende que el padre y la madre del menor estén involucrados en otros actos ilegales violentos después de la reacción totalmente desmedida que ejercieron contra la maestra de su hijo. Por supuesto que a los hijos siempre hay que creerles, y asegurarse de que se encuentren en un entorno sano y libre de violencia. Pero, aunque los padrés se han querido excusar en que “los hijos no se tocan” esa no es la discusión en este caso.

Los padres, al sospechar que su hijo sufría agresiones en su escuela, debieron tomar acciones al respecto, sin duda, pero no enseñándole a su hijo que la violencia se combate siendo más violento, y que la ley que impera es la del más fuerte. Lo más preocupante, me parece, es que el niño se ve totalmente acostumbrado a un entorno de violencia, donde los golpes y las armas de fuego, no son asuntos angustiantes, sino que por el contrario son placenteros.

Si bien, que los padres hayan sido relacionados con otros casos de violencia y delitos, nos puede hacer pensar que la agresión que sufrió la maestra, es un acto aislado de personas violentas y criminales, es imperante que como sociedad comencemos a pensar el problema de violencia que sufre nuestro país de otras formas. La violencia siempre es cíclica y estructural, y resulta aterrador ponerse a pensar cuántos niños crecen en familias como la ahora expuesta, y sobre todo, en qué se convertirá un niño, que a sus tres años ríe ante un hecho de esta magnitud.