Visión Juvenil
Por: Manuel Borbón
De manera repentina y, sin que nos hayamos dado cuenta, el país parece escaparse poco a poco de las manos de sus habitantes, ya que, de manera implícita los hechos violentos cada vez más inhumanos se hacen presentes con una frecuencia no antes vista, al menos, hablando de la historia reciente.
El caso sucedido el día de ayer en Ciudad Obregón donde un septuagenario presuntamente asesinó a la empleada de una conocida carnicería de la ciudad por un altercado previo, además de ser un hecho sumamente lamentable, refleja lo que en el fondo está pasando en una sociedad que por diversos motivos ha perdido el rumbo del humanismo y el sentido de comunidad que nos caracterizaba.
Pero, comencemos por partes, si bien es cierto que este tipo de actos brutales en los que una persona atenta contra la vida de otra de manera violenta no iniciaron el día de ayer, ni tampoco son exclusivos de nuestro país, sino más bien, son la construcción que como sociedad hemos venido arrastrando hasta llegar a niveles inaceptables como los que se viven en la actualidad en los que, desafortunadamente, factores interrelacionados como: la carencia de valores; la pérdida del sentido de la familia como principal institución del tejido social; la carencia de un Estado de derecho sólido en el que, el que la haga la pague; el avance intempestivo del hedonismo, entre muchos otros factores han provocado el caldo de cultivo perfecto para que, en nuestro país este tipo de acciones se hayan vuelto el pan de cada día en donde, para desgracia de muchos, hoy en día, hay madres, padres, hijas e hijos inocentes que hacen falta en un hogar.
Hechos presentados como en los casos de San Luis Río Colorado donde lamentablemente perdieron la vida trece personas dentro de un bar, Guanajuato donde perdió la vida Milagros Monserrat en el día de su cumpleaños víctima de un intento de asalto, Lagos de Moreno donde un grupo de cinco jóvenes perdieron la vida en un brutal acontecimiento y, el reciente caso de Cajeme, no reflejan otra cosa más que, la podredumbre social que aflora día con día a lo largo y ancho del territorio nacional que, alguna vez fue reconocido en su vecindario internacional por la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes.
Es el momento de que, tanto autoridades gubernamentales, como sociedad civil, presten atención a la raíz de las causas que nos han colocado en esta terrible situación, no podemos permitir que diariamente circulan por nuestras calles, ciudadanos que por diferentes motivos no se encuentran en condiciones de llevar una vida en sociedad ya que, como hemos escrito con anterioridad, en cualquier momento pueden surgir este tipo de conductas antisociales representando un peligro aleatorio para prácticamente cualquier persona que se cruce en sus caminos.
Para terminar, es importante poner énfasis en que, una renovación moral de dichas magnitudes indistintamente deberá comenzar desde el hogar con la creación por medio de la educación y los valores de mejores ciudadanos para tener mejores ciudades.
Esperemos pronta justicia para los familiares de los casos antes mencionados.