En los últimos días el tema de Xóchitl Gálvez ha sido motivo de muchos comentarios y conjeturas en todo el país.
Desde que se proyectó a través de las redes sociales internet que su próxima candidatura no será para tratar de ganar la Jefatura de la Ciudad de México, sino la Presidencia de la República; se han incrementado las expectativas de los políticos y las personas comunes que antes eran indiferentes a este tipo de conversaciones.
Y aunque algunos simpatizantes de la Cuarta Transformación (4T) aseguran que el haber encumbrado -el presidente Andrés Manuel López Obrador- a la hidalguense, era nomás para bajar de las preferencias a Marcelo Ebrard y catapultar a Claudia Sheinbaum (por ser mujer), hay voces que afirman fue un error que habrán de redimir.
Porque el hecho de mencionarla tanto durante las conferencias matutinas en Palacio Nacional con tonos irónicos y llegando a un grado burlesco, tal parece que le ha incrementado la popularidad a la dama de orígenes indígenas.
No obstante, hay algo de cierto:
A ella le agrada que la mencione el Presidente.
Sobre todo después de que el Mandatario la reto a carearse en la conferencia matutina y a la cual, finalmente no la dejó entrar.
Vemos que mientras Xóchitl Gálvez se posiciona como la inminente candidata de la coalición «Va por México», hay otros políticos que no se rinden y buscan el mismo objetivo portando los colores del bloque opositor.
Este es el caso del diputado federal panista Santiago Creel, quien durante su registro como pre candidato se mostró patético al hacer sus declaraciones en medio de un llanto republicano que todavía no se lo creen ni sus seguidores, y tampoco se sabe de dónde obtuvo esa ocurrencia.
Un amigo mío que le entiende mucho a la política, me dijo objetivamente que:
«Si Creel no fue candidato del PAN cuando era Secretario de Gobernación con Vicente Fox (la cual le ganó Felipe Calderón), menos lo va a lograr ahora que solo es Diputado Federal y tiene que convencer a los grillos de otros dos partidos».
Siguiente comentario.
Ya que estamos con los aspirantes adelantados para la Presidencia de la República, tal parece que en Sonora los grupos de apoyo de Marcelo Ebrard siguen divididos; porque en lugar de posicionar su nombre e imagen ante el electorado, están esforzándose en demostrar cada uno de ellos que son los representantes oficiales del ahora ex Secretario de Relaciones Exteriores (SRE).
Un ejemplo podría ser el diputado federal morenista Alfredo Porras, quien siempre declara la unidad entre los simpatizantes de Ebrard; pero nunca se expresa por nombre de sus adversarios y a la vez compañeros de partido.
Ni tampoco coincide en eventos o reuniones públicas a las que incluso ha sido convocado.
Otro comentario.
Privilegiar los acuerdos que se tomen en los Comités Municipales y que no se les imponga nada, ha sido la principal determinación del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI que preside Rogelio Díaz Brown.
Sentado con el grupo de periodistas de la Mesa Cancún, el dirigente añadió que también se respetan las decisiones de los consejos políticos, de los seccionales, de los sectores y de las organizaciones que conforman la estructura del ex invencible; el cual busca ahora regresar al poder en todos los niveles de gobierno.
Consciente que el reto es difícil para las elecciones del 2024, el cajemense mantiene su optimismo basado en la capacidad y en la lealtad de los cuadros priistas para persuadir a la población para que se den los buenos resultados en las urnas.
Informó que como prueba de la apertura que se está dando en el Tricolor, se han realizado mesas de trabajo plurales en las que participa la sociedad civil representada por particulares, cámaras empresariales y los mismos militantes que se han mantenido fieles a la marca.
«Estamos planteando un ejercicio de igualdad de circunstancias para que haya un frente amplio», expresó, «porque la sociedad exige un frente amplio, porque la mejor imagen que podemos dar es la apertura; razón por la cual ha habido buena comunicación con los otros dos partidos (PAN y PRD)».
Indicó que en el caso de San Luis Río Colorado, Caborca, Nogales y Agua Prieta; se ha hecho un buen trabajo de reestructuración en sus respectivos comités municipales. Por lo que se han respetado y se van a seguir respetando los acuerdos de su militancia.
Sobre la renuncia masiva de legisladores federales -ahora ex priistas- que supuestamente no fueron tomados en cuenta por el dirigente nacional, Alejandro «Alito» Moreno, refutó que es una incongruencia de los idos.
Porque si a alguien se les tomó en cuenta por parte de nuestro partido, dijo más o menos con esas palabras, fue a ellos porque en su mayoría llegaron al Congreso de la Unión por la vía plurinominal.
Uno de los temas de los cuales mostró su confianza, es que el gobernador Alfonso Durazo no se meta en temas electorales de Sonora.
Pese a que el Mandatario Estatal funge como presidente del Consejo Directivo de Morena a nivel nacional.
Supuesto influyentismo del que, por cierto, ya se ha visto en otras ocasiones en la entidad; cuando los Gobernadores en turno han querido imponer como candidatos ganadores de sus partidos a personajes políticos incondicionales.
Dígase Eduardo Bours al apoyar a Alfonso Elías y Guillermo Padrés a Javier Gándara.
Ahora el juego sigue siendo el mismo en todos los partidos políticos.
Porque como dicen, lo único que cambia son los jugadores.
Nos vemos en la próxima.