Es común que cuando un político anda en campaña publicitándose en busca de otro puesto a corto plazo, siempre viola la ley electoral y jura desconocer de dónde surgen los recursos para tantos espectaculares, spots televisivos, radiofónicos y ahora redes sociales de internet.
Casos que, en Sonora, hemos visto con políticos del nivel municipal, estatal y federal.
De diferentes partidos; ya sean viejos o nuevos, de derecha… y ahora de izquierda.
Sobre ese tema en especial y con fechas recientes, hemos visto muchas críticas en contra de las llamadas «corcholatas» de Morena y de otros partidos que buscan suplir a Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República; ya que por todo el país cunde la promoción de cada uno de ellos por los diferentes canales de comunicación, incluyendo reuniones y eventos masivos de enormes gastos.
No obstante y pese a toda esa promoción, como les dije arriba, los cuatro o seis Presidenciables de diferentes ideologías, dicen desconocer quién o quiénes gastaron su dinero en apoyarlos; ya que seguramente, afirman, se trata de algunos buenos amigos bien intencionados que les tienen los mejores deseos.
Les digo esto porque, el perfil del invitado que tuvimos los periodistas de la Mesa Cancún el miércoles de la semana pasada, no es de ese tipo de empresarios que le apuestan normalmente a algún político antes y durante un proceso de elección constitucional; sino que se trata de un ciudadano sencillo que nada más quiere apoyar a alguien en específico para que a futuro haga un buen papel en el servicio público.
Enrique Soto Peñúñuri, coordinador de la sociedad civil «Amigos de Colosio», es el fundador de esta organización que busca proponer como candidato ciudadano a la Presidencia de México a Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del desaparecido político magdalenense acribillado en 1994.
Y entendemos que pretenden hacerlo candidato por la vía independiente, o en alianza con algún partido político con el que se llegue a un acuerdo; ya que según dijo, ha habido algunos que se han acercado a dialogar para este propósito.
Nacido en Nuri, municipio de Rosario de Tesopaco pero criado en Ciudad Obregón, nuestro invitado confesó, primero, no conocer personalmente al actual presidente del municipio de Monterrey, Nuevo León; pero que está convencido -junto a su grupo de colaboradores y/o simpatizantes-, que se trata de la mejor opción para tomar las riendas de un país que tiene siglos en la tercera clasificación del desarrollo mundial.
Pese a todos los recursos, bellezas naturales y personas que lo pueden sacar adelante; como ya sabemos todos los mexicanos.
Creo que, en lo que se refiere a la política contemporánea que a muchos periodistas nos ha tocado vivir, esta podría ser la primera ocasión en que surge un movimiento social de esta naturaleza.
Queremos entender que se trata de un grupo auténtico que no tiene ningún actor político o empresario detrás de ellos que les dé indicaciones en su actuar; ya sea como apoyadores de un perfil para un puesto público o como grupos de choque que critiquen las acciones de cualquier de los Tres Poderes del Estado.
Al menos hasta lo que se sabe, en estos momentos.
También se desconoce que, los integrantes de «Amigos de Colosio» hayan tenido padrinos en tiempos pasados y sean cascajos de viejas glorias que «macanearon» durante la política «neoliberal» o «conservadora».
Como dice López Obrador.
En pocas palabras, pues, tal parece que el grupo de Enrique Soto Peñúñuri no es igual al de «Frena» que dirige Gilberto Lozano, quien es identificado como uno de los colaboradores más cercanos que tuvo a finales de los años 80’s y principios de los 90’s Raúl Salinas De Gortari, hermano del ex presidente identificado como «El innombrable».
Grupo de choque, que por cierto, se la ha pasado los últimos cinco años denostando las políticas públicas y programas sociales y de otro tipo del Gobierno Federal y todos sus derivados.
Bueno.
Esperemos, pues, que de no lograr sus objetivos el grupo «Amigos de Colosio» que se están expandiendo por las 32 entidades; al menos mejoren la concientización y el ánimo de la gente por participar de manera consciente en la actividad política.
Sin la necesidad, conste, de que sean acarreados por un constante clientelismo; lo cual hemos visto en las últimas décadas y promovido por las altas esferas de cualquiera de los tres niveles de gobierno que lo utilizan para perpetuarse en el poder.
Ultimo comentario de hoy.
El viernes 28 de abril fue un día triste y a la vez feliz para el gremio de la salud en Sonora; ya que finalizaron los servicios médicos del viejo Hospital General del Estado ubicado por el Transversal, para que se utilice ahora el nuevo de Especialidades del boulevard Colosio.
De acuerdo a las primeras declaraciones de este sexenio sobre el viejo edificio -con alrededor de un siglo de antigüedad-, estaba programado para ser un centro de enseñanza para los nuevos egresados de la Licenciatura en Medicina de la Universidad de Sonora.
Y por lo que entendemos ahora, en manos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), habrá una coordinación con el Alma Mater en beneficio de tantos jóvenes profesionistas que buscan prepararse para hacer realidad sus anhelos.
Y que sus labores, por supuesto, reflejen una mejor atención para los derechohabientes o población abierta que requiera algún servicio médico.
De lo que nos ha tocado presenciar del legendario Hospital General, se debe reconocer el esfuerzo del secretario de Salud en Sonora, José Luis Alomía Zegarra y de su director general, Rubén Béjar Cornejo, quienes pese al poco tiempo en sus puestos, hicieron un gran esfuerzo por el bien de los más necesitados y que acudieron por atención médica.
Seguros estamos que el trabajo se redoblará y se mejorarán los resultados con la ampliación de estos servicios, los cuales serán ahora en el Hospital de Especialidades; sin descartar, por supuesto, que en estas semanas el viejo edificio del Transversal será remodelado para seguir salvando vidas, pero ahora en manos de otra instancia de Salud coordinados con la Facultad de Medicina de la Universidad de Sonora.
Que tengan muy buena semana.